USTED ESTA TÉCNICA Y LITERALMENTE MUERTO ©
RESUMEN DE LA HISTORIA CLÍNICA Y SALUD MENTAL DEL PACIENTE GELASIO OREADO:
Gelasio Oreado es un hombre de 49 años con antecedentes
de ansiedad y problemas psíquicos relacionados, por lo que ha recibido
servicios de salud mental desde 20XX. Está divorciado y actualmente vive
aislado, recluido en su casa, con poco o ningún contacto con el entorno social
externo. Sufre de Hiperhidrosis (sudoración excesiva) en manos y pies y Diabetes Tipo 2, Ataques de
pánico que se desencadenan por las más mínimas actividades rutinarias como al
irse a dormir, ducharse o escuchar el timbre de la puerta, Agorafobia, miedo a
los espacios abiertos y a situaciones de las que podría resultar difícil
escapar; fobia a la luz del sol y al calor, severos rasgos obsesivo-compulsivos
y somatización de ansiedad evidenciados por dolores abdominales fantasmas y llamadas
al 911 por falsa creencia de estar infartado.
NOTAS DEL PSICOTERAPEUTA:
Transcurría un día soleado del verano de 20XX. El terapeuta se hacía presente en la casa de
Gelasio Oreado para proveer su cuarta sesión de terapia. El interior de la casa
se estaba iluminada por unas pocas Luminarias de bajos watts; las puertas y
ventanas estaban cubierta por cortinas oscuras que no permitían el asomo del
más mínimo rayo del sol. Después de
intentar crear una atmosfera acogedora y una relación de confianza, el
terapeuta le dio a Gelasio la oportunidad de expresar libremente los problemas
que le aquejaban en el momento presente, así como los sentimiento y emociones
que a ellos se asociaban. En su
parlamento, Gelasio hizo referencia a su fobia al sol y el calor; verbalizó
que, para cortar la grama debía esperar a la media noche y para ir a Publix, en
busca de sus alimentos, a la madrugada.
A pesar de los esfuerzos del terapeuta por modelar situaciones que
pudieran ayudarle a reducir su alta carga de ansiedad, Gelasio mostró una
cierta resistencia a validar el mensaje del psicólogo.
El momento cumbre en de su “catarsis” llegó cuando hizo
referencia a sus miedos y preocupaciones sobre la Diabetes que padecía. Con una
óptica bastante irracional y obsesiva, habló de la rigurosa e implacable dieta
que llevaba, sus exageradas privaciones y controles alimentarios. Dado el
stress que la enfermedad le estaba provocando, el objetivo de las subsiguientes
intervenciones se centró en tratar de colocar en el foco de su razonamiento el
concepto de que “lo más sabio para su salud mental era aprender a vivir con la
enfermedad y no convertirse en un esclavo de ella”. La reacción de Gelasio a la
propuesta consistió en interpelar al terapeuta y preguntarle de modo
inquisitivo: “Doctor: ¿Sabe usted acaso qué es la diabetes, y de que se
trata?”. El terapeuta le respondió casi
de inmediato: “Supongo que si …, y más, creo que lo sé bien porque yo también
convivo con ella, como muchas otras persionas mas”. Gelasio trato de imponer su criterio con una
actitud casi faltando al respeto: “¿Sabías que usted está técnica y
literalmente muerto?”, preguntó tratando de enfatizar la pregunta y afianzar su
posición..
Tras un breve lapso mental, como para un acomodo mental,
el terapeuta notó que su interpelación tenía por base la “estadística de
esperanza de vida del ser humano en los Estados Unidos”. Consciente de ello, el
psicoterapeuta intervino afirmando en tono suave pero con actitud
asertiva: Es cierto, Gelasio, “ya pasé
hace un rato esa estadística. A usted le faltan aproximadamente 22 años para
llegar a ella”. Pero la diferencia entre su persona y la mía radica en que mientras
yo, que según su apreciación estoy técnica y literalmente muerto, como muchas
otras personas y disfrutamos los dones de la vida, hacemos de turistas,
disfrutamos del sol, vamos a la playa y muchas otras cosas más. Sin embargo,
usted, con 49 años, que está biológicamente vivo, se encuentra espiritualmente
muerto dentro de estas cuatro paredes, sin disfrutar de la más mínima caricia
de la vida. “Es usted y no yo quien debe decidir si sigue siendo una en víctima
de la enfermedad o comienza a vivir cohabitando con ella”. A partir de ese momento, su cara, postura y actitud mostraron un
cambio… y para bien. Devino más
receptivo y constructivo. Fue justamente éste el punto la partida para el
comienzo de su saneamiento emocional; hacia una visión más saludable de la vida
y su convivencia con la enfermedad.
CONSIDERACIÓN FINAL:
Como psicólogo, confieso que no he pensado mucho sobre si
la intervención del especialista resultó ser técnicamente la más apropiada, o
no, al tratar remover la alta carga de ansiedad que la diabetes provocaba en el
paciente, si tomamos en cuenta “las reglas y los códigos preestablecidos que
para el proceder psicoterapéutico”.
Pero, si he pensado que hay algo más importante. “En toda sesión de
terapia el especialista comienza su labor a ciegas; no cuenta con guion previo
ni información anticipada de lo que va a suceder en la escena, pues su puesta
depende de los estados emocionales, comportamentales y situacionales del
paciente en un momento dado”. Ante esta
realidad, al especialista no le queda otra alternativa que ser creativo
considerando al conocimiento que haya acumulado sobre la personalidad del
paciente, su experiencia profesional e intuición. En el caso presentado lo relevante fue que la intervención del terapeuta logró en
Gelasio el cambio deseado y le permitió mantener el control del paciente a lo
largo de la sesión, aspectos básicos y de primer orden en todo ejercicio
terapéutico. (6-10-25).
NOTA: Las fechas, datos personales y locaciones han sido
sustituid0s para proteger la identidad del paciente.
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